Supera tus miedos.

Nunca deja de sorprenderme como personas que empiezan sin nada consiguen posiciones de poder y de riqueza financiera.

   Los ejemplos son muchos y estoy seguro que tú conoces algunos de ellos. Tendemos a explicar su éxito de la manera que a nosotros nos conviene para excusar nuestra propia falta de resultados.

   Decimos que ellos tuvieron suerte; o que son unos sinvergüenzas; o que está determinado por el destino que ellos sobresalieran y nosotros no.

   Un análisis más profundo nos deja ver que estos hombres y mujeres comparten ciertas características no aparentes a simple vista.

   La fuente del éxito de algunos es su atención al detalle, otros a su habilidad de manipular, otros a la energía inextinguible que parece ser el motor de sus actuaciones.

   Pensamos que nosotros no poseemos estas características y nos relegamos a comentar rencorosamente--y en voz baja--lo injusta que es la vida y que tan caro cuesta todo y como nuestros conyugues no nos entienden y apoyan.

   En realidad todos tenemos el potencial necesario para alcanzar nuestros sueños más queridos. 

   Todos compartimos los mismos órganos fisiológicos. Ellos funcionan automáticamente y de la misma manera sin importar raza, genero, país o gobierno.

   Un corazón late en un blanco lo mismo que en un negro, los pulmones respiran de la misma manera en un chino o si naciste en España o Latinoamérica. Todos tenemos dos ojos y nuestros cerebros realizan las mismas funciones independientemente del partido político que está en el poder.

 No son las funciones físicas lo que determinan el éxito o el fracaso de los seres humanos, sino como utilizamos los recursos que tenemos. Y más importante, como utilizamos nuestra mente para obtener lo que queremos.

   Todas estas características externas, la atención al detalle, la habilidad de manipular y persuadir a las personas, la energía abundante y muchas otras son solo eso, manifestaciones exteriores.

   Lo realmente importante es la manera de pensar que impulsa al cuerpo y la mente de algunas personas a comportarse de cierta manera hasta alcanzar fama, libertad, salud, riqueza y buenas relaciones con otros.

   Todas esas diferencias personales que tanto envidiamos estan en nuestro poder si primero nos volvemos expertos en un área.

DEBEMOS CONTROLAR NUESTRO MIEDO

   Tener miedo es una emoción tan dañina que literalmente nos paraliza y no nos permite desarrollarnos y transformar nuestros deseos en una realidad. 

   ¿Cuántas veces te sentiste atraído por esta o aquella persona y no te le acercaste por temor al resultado?

   ¿Cuántas veces callaste y no dijiste una palabra, cuando hablar era menester, simplemente por temor a represalias?

   ¿Cuantas oportunidades has dejado pasar en la vida por temor a las consecuencias?

    Cuantas personas no se separan de los conyuges por temor a quedarse sola?

    Cuantas veces pensamos que queremos dejar ese trabajo que odiamos pero no lo hacemos porque tenemos miedo a perder esa fuente de ingreso?

    Si alguna vez has pensado de esa manera no te sientas mal. No eres ni cobarde ni diferente al resto de las personas. Todos tenemos miedo en un área u otra; en un tiempo u otro; en una actividad u otra.

   Alberto Einstein dijo que coraje no es falta de miedo, coraje es actuar a pesar del miedo.

   A medida que el miedo se desvanece, tus habilidades naturales aparecen, se desarrollan y fortalecen hasta el punto de que tus grandes obstáculos desaparecen y en su lugar quedan audacia, coraje, optimismo y muchas otras emociones positivas esenciales para el éxito.

   Pero antes de vencer al enemigo debemos conocerlo, estudiarlo y seguirlo de la misma manera que un cazador estudia su presa. Una leonesa no salta desaforadamente cada vez que ve un rebaño. Ella se esconde entre el follaje, escoge su víctima cuidadosamente y en el momento preciso salta y ejercita todo su poder.

    ¿Qué es el miedo?

   Miedo es una emoción elemental que nos permite sobrevivir. Esa es su función primordial. Nos permite separarnos de eso que pone en peligro nuestra supervivencia.

   Cuando nos encontramos ante una situación que nos produce miedo, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita con más velocidad para enviar sangre a las extremidades, es por eso que corremos más rápido cuando alguien nos está persiguiendo con un cuchillo.

   Es por eso que el antílope que se siente agredido por un predador es capaz de correr tan rápido.

   Mas sangre llega también al cerebro de manera que identifiquemos inmediatamente una vía de escape, las pupilas se dilatan para tratar de percibir la fuente de agresión.

   Es por eso por lo que te apartas inmediatamente si un carro se aproxima a ti rápidamente. Estas preservando tu vida. Y esta reacción fue automática. No tuviste que pensarla. Puede que nunca hayas tenido un accidente de carro, pero instintivamente sabes que duele.

    Tu cuerpo produce casi inmediatamente tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, también llamados hormonas del miedo. 

   Los corticoides impiden que se produzca la conexión entre nuestras neuronas, la sinapsis, que como sabemos es la base de la creatividad. 

   Por tanto, es biológicamente imposible que una persona sea capaz de desarrollar todo su potencial innato cuando vive en una situación constante de miedo. Se paraliza. Si vives en un barrio peligroso sabes muy bien de lo que te estoy hablando.

   En tiempos primitivos titubear significaba una muerte segura. El hombre de las cavernas se la pasaba asustado la mayor parte del tiempo.

   Los animales que lo rodeaban eran más fuertes y más rápidos. El estaba en desventaja.

   La función innata del ser humano es el de preservar la vida. 

   Necesitamos comida para sobrevivir

   Necesitamos vestidos para proteger nuestro cuerpo de las inclemencias del tiempo.

   Necesitamos cobijo para resguardarnos de aquello que la ropa no puede proteger. 

   Comida, abrigo, casa.

   El sexo es importante también, pero hablaremos de ello en otra ocasión.

   Mira las cosas que en este momento están creando una gran preocupación en tu mente. Si eres como la mayoría de las personas estas inquietudes están relacionadas con comida, abrigo, o cobijo.

   Si quieres obtener las mejores cosas de la vida lo más probable es que caigan en una de estas tres áreas. 

   Quieres una cueva más grande en una colina menos peligrosa que te proteja a ti y a tus cachorros. Si no puedes conseguirla lo primero que haces es poner rejas, barrotes y cualquier otro tipo de protección en puertas y ventanas.

   Quieres una piel de lobo porque es más cómoda.

   Quieres comer carne todos los días.

   Si solo esa cueva más grande no estuviera ya ocupada por otras personas no tuvieras miedo de que si te metes allí la policía te va a sacar y quien sabe que pase después.

   Si esa piel no fuera tan difícil conseguir (o tan costosa).

   Si los mejores cortes de carne no me costaran tanto podría comprar carne y arroz. Pero tengo miedo que si gasto todo lo que tengo en diez días no tendré nada más que comer.

   Demasiada ambivalencia. Si la vida fuera más sencilla no tuviéramos miedo de tomar decisiones que mejoren nuestra vida.

   Si conoces el cuento de la cucarachita mandinga (Martina) sabes que cuando estaba barriendo se encontró un centavito.

   La decisión era en que gastarlo. "Si me compro pan se me gasta. Si me compro queso se me gasta."

   El problema real era el miedo a gastar; de perder un recurso valioso. 

   En las ciencias económicas las decisiones son llamadas el "costo de la oportunidad".

   Esto es el de lo que no puedes hacer porque el recurso es utilizado en otras cosas.

   No quieres invertir tiempo...por temor a perderlo.

   No quieres invertir dinero...por temor a perderlo.

   No quieres poner esfuerzo...por temor a decir "no valió la pena"

   Y lo peor del caso...

   Ese dinero, ese tiempo, ese esfuerzo pudo ser puesto en otras áreas u otras actividades.

   En otras palabras, cada decisión que tomas lleva consigo un miedo inherente de las consecuencias negativas y la oportunidad que perdiste.

   Todo esto pasa en un nivel subconsciente...pero pasa.

   Nos confundimos, nos inmovilizamos...y la falta de actividad no nos permite obtener lo que queremos.

   ¿Recuerdas las personas de las que hablamos al principio?

   Las que ponían atención a los detalles; las que manipulaban a las personas; las que tenían una energía infatigable.

   Unas tienen miedo de que, por un detalle, todo por lo que están trabajando se venga abajo. Ellas están claras acerca de lo que quieren y están motivadas a triunfar.

   Otras tienen miedo de causar molestia, incomodidad o fastidio a otras personas porque lo que ellos quieren es ponerlas de su lado. Ellos están claros acerca de la importancia de las otras personas para afectar sus vidas positiva o negativamente. Es por eso que brillan en el área de la manipulación. Están motivados a alcanzar lo que ellos quieren.

   Y las personas que demuestran una energía sobrecogedora tienen miedo de detenerse porque identifican la falta de actividad como la precursora de calamidades y otros infortunios.

    Es importante notar que normalmente las personas de éxito tienen una habilidad única que es superior a las otras y que les permite destacarse. Esta habilidad especial es usualmente en respuesta al miedo especifico predominante dentro de ellos y que han logrado transformar en algo positivo.

   ¿Y tú de qué tienes miedo?

   Y más importante,

   ¿Como vas a utilizar ese miedo para motivarte y obtener lo que quieres?

   ¿Ya sabes lo que quieres?

 osalomJr.